Muchas veces la única forma de avanzar con claridad, es pasar a ser observadores de nosotros mismos. Como si nos tiráramos a mirar la película con los pochoclos y la joggineta. Bien listos para vernos. Luces apagadas y que se nos haga la luz.
Lo que nos está pasando y cómo estamos viviéndolo o sobreviviéndolo, según nos toque o según podamos, nos lo cuenta todo. El proceso evolutivo es cosa de adentro; sin embargo, el afuera nos suele mostrar, y sobre todo repetir, esas escenas en las que no estamos poniendo el foco en nuestra verdad.
El mejor plan es rodar con ella. Por eso la vida nos va preparando para eso, mucho más que para verla. Porque a eso también vinimos. A rodar con veracidad, como en las buenas películas.
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