Y es que si la vida te lo regala, no lo arruines pensándolo.
Los buenos momentos también se construyen deshaciendo prejuicios,
preconceptos y estructuras. Lo que da o no da, lo que es o no una locura,
lo que nos hace o no felices; en definitiva lo decidimos nosotros mismos
permitiéndonos vivirlo.
Después vemos.
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