lunes, 15 de octubre de 2018

(#ACTO 12 #LMyEA) La Musa y el Artista

      

—Te extrañé y te esperé por tanto tiempo…

 

La musa puede reconocer a ese hombre: su artista, al fin, está con ella. Y se da cuenta de que el reflejo que en verdad legitima esa comunión no es el que los tiene capturados junto con la imagen de sus cuerpos. La liberación irradia desde el espejismo de sus miradas, y lo que ven ahora… es alma.

Una entidad compartida, que es de los dos cuando están juntos.

 

Pueden saberse el uno del otro durante esa conexión.

Ambos inhalan partículas de plenitud. Se completan.

 

Esta vida no podía pasar —como no pudieron las otras— sin hacerlos tropezar hasta ensamblarlos en la perfección que los une.

Al fin se exploran para comprobar que ya ardieron juntos, y que el perfume que se desprendió de sus esencias los impregnó de eternidad.

 

El deseo está intacto. Siguen hurgando en cada rincón de su sexualidad, pero llegan mucho más allá de donde llega el tacto.

Ella se incorpora lentamente. Él, con cuidado, acompaña cada uno de sus movimientos hasta quedar sentados, enfrentados.

Se dejan abrazar por las piernas de la musa, que además le aprietan la cintura.

Uno de sus pechos dentro de su boca.

Después, el otro.

Y el goce perpetuo del encontronazo.

 

Gimen esos corazones: mezcla del placer de haberse hallado y del dolor de haberse hecho tanta falta.

 

Y entonces, el recuerdo de que se corresponden vuelve a traspasarlos.

Esta vez haciéndolos estremecer en un temblor, un sacudón ya experimentado en otras vidas durante esos santiamenes de amor —propios de la musa y el inspirado en plena acción— como una convulsión.

 

La vibración del arte en su máxima expresión.

3 comentarios:

Martín Schipelhut dijo...

Fascinante!!

Martín Schipelhut dijo...

Quiero compartir algo que edcribi:
Cómo decirlo... Hoy siento que me ... que me importas y mucho... siento que el momento de decir que quiero algo con vos es ahora... Que quiero algo verdadero, sincero...
Quiero ver tu primer y última sonrisa del día...
Quiero que me veas cómo ése amor en cuerpo y alma que llenan tu completa felicidad...
Sé que no soy esencial para tu felicidad, pero quiero ser parte de tu camino...
Sigo siendo frágil, me apego a tu presencia y a tu calor... A tu sonrisa, a tus palabras, a tu existencia... Sigo con una mente dormida...
Pero ésta mente te entiende, entiende que si mi existencia no la ves como un amor parte de tu existencia, como algo que te llene y te dé felicidad diaria, como alguien con el cual solo no quieras compartir encuentros sexuales... Debo dar un paso al costado, dejarte ser y dejarme ser...
Pasaron ya 3 años desde que nos conocimos y te he amado varias veces y extrañado también...
Creo que no voy a ninguna parte así como vamos...
Quiero todo con vos, quisiera que vuelvas a creer en compartir una vida con alguien, aunque sea intentarlo... Así es el paso por ésta vida, intentarlo, vivir, crecer...

Melina Schlosman dijo...

Hola Martín! Recién veo esto, se nota que es muy sentido y muy bello por cierto! No se qué habrá pasado con ese ser que te inspiró, lo que haya sido, estén juntos o no, seguramente es lo que mejor para ambos. Gracias por compartilo! Un beso! Mel