sábado, 30 de junio de 2012

Paz. En la palma de tu mano.

Y que mi puño la apriete con fuerza, no, con mucha fuerza; que mis dedos la acaricien hasta que mi palma se crispe, pero que nunca la ahuyenten. Y que siempre, sí, que eternamente, la tenga tan a mano…

3 comentarios:

Caballero rojo dijo...

Pavada de deseo... Que se le cumpla, doña.

Melina Schlosman dijo...

:)

Caballero rojo dijo...

Si quiere pase por manianadesol.blogspot.com Una historia sobre ese tema recurerrente...