A menudo veo en el subte nenes que piden limosna y que dan la mano antes a modo de saludo. A veces me quedo observando esta situación y noto que por lo general la gente colabora con el chico que pide; la verdad es que nunca alcanzo a ver cuántas monedas recibe, pero siempre puedo ver con claridad cuántas manos no le son dadas.
Está tan claro que en la sociedad se ve y se oye el desacuerdo y la indignación con aquel que los manda a pedir desde la vereda de su más vil miseria como que esto amerita análisis aparte. Quizás sea ésa una de las razones por las que hay quienes prefieren no "darles una mano", pero lo concreto es que también, colaboren o no, hay quienes prefieren no darles la mano. Y cada vez que veo eso, conceptos como desacuerdo e indignación vuelven a aparecer, de pronto parados en la vereda que segundos atrás parecía ser la de enfrente. Lo que parece, es que para pedir limosna se puede levantar la mano, pero no hay derecho a estrecharla. "Se pide y no se toca", dice el cartel en la frente de la mayoría de la gente (claro, muchos de estos chicos ni siquiera saben leer... ).
Qué ironía: el chico pide que le den "una mano" dando la mano y aún dándole "una mano" lo que menos le dan, es la mano.
7 comentarios:
¿Sabés lo que pasa, Mel?
Esa mano no se pide ni se ofrece con sinceridad. Esa mano es falsa, es extorsiva, es marketinera, es el resultado de una estadística que dice que la gente es mucho menos propensa a negarle algo a aquellos con quienes tienen contacto físico, especialmente si ese contacto físico apela a su "humanidad".
Esa mano es tan auténtica como el "Buenos días, bienvenido a We kill you with kindness, mi nombre es Elvio, ¿en qué lo puedo ayudar?"
Claro que no todos nos damos cuenta de eso, algunos simplemente tienen miedo de contagiarse algo.
Yo les doy la mano, pero no les doy plata. No le doy plata, nunca, a nadie. Pero si tengo algo de comer, les convido, y si estoy en un bar, les pago un sandwich o lo que tengan ganas de comer.
Hola! Gracias por tu comentario!!
Así es, entiendo y estoy de acuerdo con vos en que esa mano es extorsiva, marketinera, pero eso para mí es parte de lo que amerita análisis aparte cuando digo: "Está tan claro que en la sociedad se ve y se oye el desacuerdo y la indignación con aquel que los manda a pedir desde la vereda de su más vil miseria como que esto amerita análisis aparte. Quizás sea ésa una de las razones... " Porque comparto que es como decís, que el que los manda a pedir tiene hasta eso calculado y que algunos se dan cuenta y otro no, incluso comparto eso de que ¡¿algunos temen contagiarse de algo?!
Pero aún comprendiendo esto no puedo evitar quedarme viendo esa mano que queda en el aire la mayoría de las veces, y que no es precisamente la de esa persona calculadora que los manda sino la del chico que al no recibir la más importante colaboración, un saludo espontáneo como respuesta al suyo, no le quedará otra que crecer con esa falsedad que bien mencionás y entonces, nada va a cambiar...
Saludos Tinder Boy!!
Humanos que no pueden reconocer la necesidad de cariño por parte de otro ser humano. En este caso, pequeños, en formación. Y, paradójicamente, mayores que los humanos adultos en cuanto a afrontar esta vida que evoluciona en forma absurdamente despareja que llevamos. Tan triste como cierto, tan cierto como triste
Dijiste lo que pensaba mucho mejor de lo que lo hubiera hecho.
Te estás contradiciendo, no podés con tu genio de poetisa y tu candidez (no es un halago).
Llega un punto en la vida en la que se pierde ese sobrante de energía necesario para gastarlo en demostrar empatía.
andaba paseando por tinder y te cruce alli, habitualmente leo los comentarios. que decir, aca estoy. no espero que contestes este coment, pero espero que sigas escribiendo, vaya que si tenes cosas para decir. tengo ganas de escuchar o leer o lo que sea.
Respecto de la mano, la doy, siempre, con animo de contagiar soy muy honesto cuando lo hago, quiza sirva de algo, quien sabe. y tambien doy unos pesos y ayudo cuando puedo.
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