miércoles, 27 de julio de 2011

CLAROSCURO

Es asombroso cómo las castañas pasamos de ser rubias a morochas según el ojo del hombre que nos piropea... 

Estos daltónicos no imaginan que, lejos de alimentar nuestro autoestima, pueden generarnos una gran crisis de identidad.

¡A ver si se ponen de acuerdo, muchachos, por favor!

1 comentario:

Unknown dijo...

Y apenas arañás la superficie. No te das idea de lo engorroso que es para un daltónico decirle a una mujer "que lindos ojos grises" como piropo para sus ojos... verdes.
Aprendí a simplificar quitando toda referencia al color: "¡Que lindos ojos!"